Con esta frase, definía Javier Ortega las prioridades con las que las áreas de Recursos Humanos de las empresas deben abordar su actividad aunque, sin duda, esta debería ser, en condiciones normales, la prioridad de cualquier área de una empresa comprometida con el futuro si coincidimos con la afirmación, que compartían prácticamente todos los participantes en la mesa redonda, de que las personas no son solo el recurso más importante de la Organización, son el centro de la Organización y los únicos capaces de impulsar la empresa al siguiente nivel. Y no suele ser suficiente el café para todos. Es muy importante personalizar la relación, de manera que los mismos programas no suelen tener el mismo efecto en empresas diferentes, incluso en empleados distintos..
Organizado por el Club de las Buenas Decisiones de la Universidad de Alicante, bajo la coordinación del profesor José Luis Gascó, el pasado 21 de marzo se desarrolló el XII Encuentro con Profesionales de Recursos Humanos que, a través de los sucesivos seminarios que se van realizando, analiza no solo la labor de las áreas de Recursos Humanos de las empresas, sino también las expectativas en cuanto a las características, actitudes y aptitudes, que deben tener los aspirantes a incorporarse a esas compañías.
En esta ocasión, introducidos por los vicedecanos de Económicas y Derecho de la UA Begoña Fuster y Miguel Basterro, respectivamente, participaron: Jesús Herranz, responsable de Personas y Organización en Vithas; Nacho Plans, responsable de Cultura Organizacional en Opera Severitas y formador free-lance en RRHH; Javier Ortega, director de Gestión de Personas en IVF-Life; Eugenio Rufo, responsable de Recursos Humanos en AITEX; Raquel Portela, directora de delegación de Dexra HR Solutions; Raúl Pérez, Director de Recursos Humanos en Guillermo Durán S.A.; y Elena Cantó, People & Culture Director en FacePhi.
En todos los casos, coincidían en que, para relaciones estables y fructíferas para ambas partes, es muy importante la coincidencia de los valores de la empresa con los del empleado en el marco de un clima laboral que facilite el crecimiento, de manera que el progreso de una conllevará el progreso de todos, en una relación gana-gana imprescindible para definir esas relaciones duraderas; de forma que el proceso de incorporación de un empleado a una empresa implica una doble selección, el empleado por la empresa y la empresa por el empleado.
Pero Recursos Humanos, sobre todo en empresas grandes, no es el que determina el clima laboral; es el responsable de los programas, de la comunicación interna básica, del diseño de las grandes líneas de la formación continua, de las carreras profesionales; del análisis y descripción de los puestos de trabajo –todo pasa por ahí, decían, desempeño, carrera profesional, retribución, etc-; de la selección y los programas de acogida, de los programas de retribución, etc; y de la implicación imprescindible de los mandos intermedios, que son los que realmente pueden influir sobre los trabajadores extendiendo la cultura de la empresa y su compromiso con los objetivos de la compañía, compatibles con los objetivos propios de los empleados.
También había coincidencia en que las áreas de RRHH habían conseguido una consideración muy importante como elemento estratégico de las compañías, como no puede ser de otra forma si coincidimos en que son las personas las que, como hemos dicho, consiguen los resultados de las empresas. Y eso ha ocurrido por un uso cada vez más intensivo de los datos para mostrar la aportación de RRHH a los resultados de la compañía, a través de sistemas de indicadores de gestión (KPIs) asociados al impacto de los programas de RRHH en la cuenta de resultados de las compañías.
Y en cuanto a las características de las personas que quieran trabajar en las áreas de recursos humanos, los ponentes apostaban por: la Comunicación para alinear equipos, Honestidad (transparencia, claridad), ambición positiva (asociada a la mejora continua), constancia, pasión, vocación de servicio, empatía y capacidad de adaptación al entorno, credibilidad y autoconocimiento y autocontrol, todas ellas muy importantes tanto en los aspectos positivos de la gestión, como en momentos más complejos, como los despidos, EREs, ajustes, traslados, …
Y en cuanto a las capacidades de las personas que aspiran a incorporarse a las empresas con intención de alcanzar puestos de responsabilidad, todos recalcaban las habilidades generalistas, las habilidades blandas, la disposición al cambio, la asunción de la formación continua como única forma de adaptación, trabajo en equipo, además de, en la medida de lo posible, acreditar una cierta experiencia internacional -que va más allá de hablar otros idiomas, que por supuesto es muy importante- y, cada día más, desarrollar habilidades en el mundo de la Inteligencia Artificial Generativa, que progresivamente se está incorporando a las empresas, además de alguna de las enunciadas anteriormente (pasión, honestidad, empatía). Y, por supuesto, asistir bien preparados a las entrevistas de trabajo (conocer previamente la empresa, el puesto a cubrir, sus capacidades para atender el puesto convocado, etc.), además de las capacidades técnicas para el puesto a cubrir. Y aceptar el trabajo en prácticas como una oportunidad excelente para la incorporación al mercado laboral.
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