Para conseguir en nuestra empresa una cultura de alto rendimiento es fundamental que las prioridades estratégicas de la empresa estén alineadas con las de los posibles candidatos con el fin de lograr un espíritu de lobby con líderes y talento que hará aumentar la producción, los beneficios y los resultados de la compañía.

Este “match”, o emparejamiento perfecto entre ambos, se consigue si se:

• Establecen las actitudes de la cultura empresarial.
• Es coherente entre lo que se dice o propone y lo que se hace.
• Analiza con detenimiento el clima conversacional.
• Invierte tiempo en seleccionar y contratar con unos criterios claros y previamente
• Observa que los candidatos tienen la predisposición para actuar.
• Busca un conjunto de rasgos de la persona que discriminan el desempeño excelente en un determinado puesto o tarea. Actualmente, las más valoradas: Habilidades, Conocimientos, Actitudes, Valores y Motivos.

Una vez que tenemos claro que queremos conseguir con nuestro equipo, hemos de plantearnos cuáles son las competencias que buscamos en las personas para garantizar el éxito de la empresa.

Cuando un equipo y lleva tiempo en marcha, puede ser que algunos de ellos no estén dando lo mejor de sí mismos. Para evitar que esto suceda tenemos que saber cómo motivarlos y conseguir que retomen el ritmo adecuado.

Para una organización no sólo es importante la evaluación del desempeño, sino conocer el potencial y los talentos que tenemos dentro de la plantilla. Para ello existen una serie de signos que manifiestan el potencial del desarrollo de las personas:

• Eficacia y eficiencia.
• Iniciativa y criterio.
• Estabilidad emocional.
• Adaptabilidad.
• Inteligencia general y memoria en niveles altos.
• Habilidad para el trato con personas de todo tipo.
• Dinamismo en la actividad directiva.
• Capacidad de trabajo.
• Motivación de logro o autorrealización.
• Capacidad de negociación.

La gestión del talento ha de ser consistente a lo largo de toda la organización. Esto es lo que se conoce como Ciclo/Modelo de gestión del talento, que define la misión desde el puesto de trabajo, cuida la experiencia del empleado tanto en el reclutamiento como en la selección, ajusta las políticas salariales, potencia la gestión del desempeño y el desarrollo del talento.

Para cumplir todo esto se necesita que todas las áreas del departamento de recursos humanos estén alineadas con la cultura de la empresa e interrelacionadas entre sí, empezando por la planificación estratégica, continuando por reclutamiento, selección y retención; evaluación del desempeño; capacitación y desarrollo, pasando por planes de carrera y sucesión; desarrollo de los líderes y terminado por los planes de compensación y los sistemas tecnológicos y de capacitación. Esto se consigue si la empresa, a la hora de seleccionar y evaluar a los empleados, pone el foco en:

• Prestar especial atención a los criterios de selección.
• Evitar sesgos de jefes.
• Introducir la variable temporal.
• Establecer método para identificar a los mandos con potencial.

Este artículo es un breve resumen de la sesión de Margarita López, People & Talent Director en Stoller Europe, en el Máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos.

Os dejamos el álbum completo de la sesión.

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