“Los buenos equipos acaban por ser grandes equipos cuando los integrantes confían los unos en los otros lo suficiente para renunciar al “yo” por el “nosotros”” (Phil Jackson, entrenador de la NBA)

Liderar significa, entre otras cosas, “elevar la mirada”, significa “ampliar la mirada”, significa “enriquecer la mirada”. Significa descubrir oportunidades donde otros ven limitaciones. Significa estar abiertos a lo sorprendente e inesperado. Significa potenciar lo que queremos sobre lo que tememos.

Las personas que nos rodean son una gran oportunidad. Tienen talentos propios: evidentes o por descubrir.

Están llenas de ideas valiosas y actitudes poderosas si de verdad queremos ver más lo que pueden llegar a ser que lo que son en la actualidad.

Hay un liderazgo que se observa en las organizaciones que sobreviven y crecen en cualquier situación, por muy crítica que sea. Son patrones de conducta que se utilizan para reinventar constantemente sus organizaciones para que puedan permanecer entre las mejores cuando vengan tiempos distintos.

Son patrones de conductas que han instalado el “nosotros” en el corazón de la conciencia, la visión y la acción. Son patrones que creen en las contribuciones valiosas que todas las personas de su organización pueden hacer si se crean los entornos o escenarios adecuados.

Crear escenarios, más que un recurso teatral, es para mi la posibilidad de pensar lugares, comportamientos, culturas… que me inspiran, que comprometen, que engrandecen… Es para mí una oportunidad de “pensar en grande”.

Cuando pienso en el Gran Cañón del Colorado, en Machu Pichu, en Wembley, en la Scala de Milán, en el Estadio Olímpico de Barcelona pienso en escenarios que me arrebatan, que me movilizan, que me emocionan, que me inspiran.

Los Escenarios del Liderazgo: una propuesta para ganar. Puede que haya otros muchos escenarios, puede que en su experiencia usted conozca otros, puede que crea que los que propongo son escasos o están mal dibujados, pero en cualquier caso son escenarios que nacen de mi experiencia y de la gente que ha compartido conmigo “vida laboral”. ¡Que palabra más poderosa: “compartir vida”!

Conseguir una cultura de liderazgo centrada en el “nosotros” implica diseñar escenarios potentes en donde la gente este dispuesta a “vivir”. Esta es la propuesta que les hago para que se gradúen, es broma, en “arquitectos de liderazgo”. Es una invitación a que practiquen otra mirada:

1. Escenario COMUNIDAD. Que significa incluir en vez de excluir. Que significa compartir la estrategia, la riqueza, el bienestar y los resultados. Que significa dar la oportunidad para que todo el mundo participe en los procesos de cambio. Que significa mantener abiertas las puertas de la mente, del corazón y del despacho. Que significa desarrollar creencias que den valor a las personas que comparten el proyecto con nosotros. Éste es un escenario posible si construimos nuestra actuación sobre el eje del RESPETO: a nosotros mismos y a los demás.

2. Escenario HUMANIZAR. Que compromete reconocimiento en vez de inculpación. Que se manifiesta al observar y pillar a la gente haciendo bien las cosas. Que potencia el desarrollo de los demás mediante un feedback sincero, oportuno y adecuado. Ayudar a descubrir el talento de los demás y a ponerlo donde mayor servicio preste a la organización y a si mismo. Es generar políticas de exigencia y responsabilidad, y también de reconocimiento. Es valorar la singularidad y la diversidad de cada persona.

3. Escenario VISION. Es compartir el mundo en que soñamos. Es compartir los objetivos que forman parte de nuestro horizonte vital y profesional. Es movilizar la maravilla de la imaginación individual y colectiva. Es permitir que las personas traigan al trabajo, ¡si! traigan al trabajo, sus sueños, esperanzas, aspiraciones y emociones. Y que puedan compartirlas con los demás. Es aprender de los errores para volver a empezar o reiniciar nuestro camino Es conseguir apoyos para lograr los objetivos del equipo, empresa u organización.

4. Escenario EXPRESION. Una gran parte del liderazgo es comunicación. Por eso son importantes las palabras que elegimos. Eliminar los “conjuros maléficos”, el lenguaje negativo, de nuestro comunicar diario. Reconocer el poder de las palabras que inspiran y potencian. Preguntar para dirigir, para ayudar, para comprender. Todas las conversaciones que enriquecen se inician con preguntas poderosas. Escuchar con atención, con sensibilidad, con empatía. Construir escenarios en donde la expresión signifique libertad. Ser directos y honestos. Y no privarnos de compartir lo que sabemos.

5. Escenario ACCION. Las organizaciones que avanzan, los equipos que progresan, son aquellos liderados por gente que comparte los “mapas de ruta”. Que ponen el poder y la información al servicio de la gente que lideran y que camina a su lado. Que saben el valor que tiene el dar y el compartir. Que dan libertad para actuar. Que hablan de fronteras abiertas, de espacios disponibles para todos. Que nunca abandonan sus principios por acelerar el paso o adquirir más velocidad.

6. Escenario INNOVACION. Que ponga en valor la duda por encima de la certeza. Que elimine el valor de la creencia “siempre lo hemos hecho así”. Que invite a salir de las zonas de confort, de miedo o de inconsciencia. Un escenario de liderazgo que apoye la asunción de riesgos, que posibilite que lo diferente puede ser bueno y que invite a experimentar nuevos métodos. Y que de vez en cuanto practique aquello que un buen día me dijo mi amigo y jefe David Alemany: “si no está roto, Faus rómpelo, y luego lo construyes de nuevo y a ser posible distinto”.

Y si estos escenarios no te convencen, construye otros, donde las personas pongan en valor lo mejor de si mismas.

Donde cada uno se sienta protagonista en la medida que quiera y pueda. Y donde todos merezcan el reconocimiento de los aplausos o la propia satisfacción del trabajo bien hecho.

Faustino Olmos Grau es Profesor del Programa de Desarrollo de Directivos y Emprendedores de la Universidad de Alicante.