En los últimos años, todo son conceptos nuevos. Algunos más innovadores que otros, pero muchos nos están sirviendo para abrir los ojos ante realidades que hace una década nadie podía imaginar.

El libro “Open leadership” de Charlene Eli (podéis visitar su web en http://www.charleneli.com/open-leadership) es un claro ejemplo de concepto innovador. Lógicamente no se trata de una nueva forma de ver y entender el liderazgo, sino de como el uso de las redes sociales y la tecnología asociada a la web 2.0 puede cambiar nuestra forma de liderar.

Aplicaciones como facebook, linkedin, blogs o twitter todavía son vistas como meras distracciones o como aficiones de frikis sin trabajo serio, pero hay mucho más. De hecho, facebook supera los 7 millones de usuarios en nuestro país, lo que da una muestra de la revolución que acompaña a la irrupción de este tipo de redes.

¿Y que tiene que ver esta tecnología con los nuevos líderes? ¿Que es eso del liderazgo abierto? La web 2.0 se basa en una sola cosa: compartir. Ahora no es más rico el que más información posee, sino el que más comparte, y las herramientas descritas permiten mantener un canal constante de comunicación bidireccional con otros profesionales, con clientes, etc. Linkedin es un buen ejemplo de lo que estamos contando, ya que cuenta con grupos temáticos que reunen a expertos y personas interesadas en temas concretos, con los que es posible compartir información, debatir cuestiones de actualidad o aprender en base a experiencias de otros.

¿Pueden los lideres y los directivos estar presentes en las redes sociales? Pueden y deben, sin duda. Ya hay directivos con blogs que cuentan su experiencia, su día a día, comparten ideas, piden opinión a su alrededor y debaten estrategias de su propia organización. Esa visibilidad hace que el papel del directivo se perciba más cercano y es esa cercanía la clave del liderazgo abierto.

Aceptar con humildad esa visibilidad, potenciar nuestra faceta pública y permitir que cualquiera pueda opinar libremente ante nuestras ideas, es un reto que el directivo actual debe asumir. Un directivo no puede permitirse el lujo de llegar tarde o al final acabará pasando como decía Serrat: “que llegamos siempre tarde donde nunca pasa nada”.

Cambiar forma parte del ciclo vital y adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado y de las relaciones humanas es un paso más en el aprendizaje para ser un mejor líder. Now, it’s up to you…

Miguel Ángel Máñez es Licenciado en ciencias económicas y empresariales (Universitat de València).

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