Los consumidores se han vuelto más conscientes de los problemas de sostenibilidad e inclusión, como el cambio climático y la desigualdad de ingresos, y de la forma en que las empresas contribuyen a ellos o los alivian.
Las empresas que apuestan por la sostenibilidad mejoran su reputación como marca, aumentan sus beneficios, perduran en el tiempo, retienen mejor a su talento y logran la confianza de los clientes.
En la próxima década que comienza, el Bienestar, la Igualdad de Género o la Acción por la Sostenibilidad del Planeta deben convertirse en prioridades en la estrategia de la Gestión del Talento y las Personas. Retos que se deben abordar colocando la ética y la innovación en el centro.
El compromiso con estos nuevos desafíos va a guiar e impactar en todas las áreas de personas, desde la selección hasta la formación y el desarrollo de todos los profesionales que trabajan en la empresa. Es el departamento de Gestión de Talento el que debe liderar este cambio de valores y cultura sostenible, más humano, innovador, diverso e inclusivo que exige formación, mejores prácticas y una nueva sensibilización y consciencia para implicar a todos los empleados de la organización